Había una vez una mecedora de madera maciza muy peculiar, por sus formas y sus acabados, que desde principios del siglo XX perteneció a Antonia y Miquel, estando con ellos muchas décadas. Pasaron los años y parecían borrarse de sus recuerdos los bonitos días en los que se balanceaban en ella.
Marián, la nieta de Antonio y Miquel decidió un día darle una segunda oportunidad a esta mecedora que con mucho cariño y durante tanto tiempo había guardado su madre. Siempre vio en ella lo que hacía dos generaciones había visto su abuela Antonia: una pieza única y original, que además sería el lugar perfecto para mecer a su hijo Guillem.
La mecedora, agradecida por la segunda oportunidad que se le había concedido, aseguró cuidar siempre de Marián y de su pequeño Guillem, ofreciéndoles su regazo y muchas horas de compañía al son de una vieja canción que dice: El meu xiquet té soneta…sa mare l’ adormirà…. i farà una dormideta…. que duré de hui a demà.
Número de serie:-256-
Material: Madera de pino