Hay muebles que con el paso de las décadas sienten como se van desencajando sus piezas y la carcoma invade poco a poco su interior, por lo que terminan almacenándose lejos de la mirada de la mayoría. Así ocurrió con estas butacas… viejas, melancólicas y apesadumbradas pensaron que nunca más volverían a sentir sobre ellas la calidez de la luz del sol, y se consolaban al pensar que al menos seguían juntas, y con vida.
Un día Sofía, las encontró en la cochera de la casa de los padres de su novio y al instante quedó prendada de ellas. Junto con Manolo, su futuro esposo, decidieron no solo renovarlas y darles una segunda oportunidad, sino también convertirlas en las piezas clave para el día de su boda. ¡Jamás estas butacas soñaron con una oportunidad así!, se emocionaron al pensar que iban a poder salir de allí para poder acompañar a la pareja en su boda, y luego estar siempre con ellos en la vivienda que con mucho amor se habían construido.
Sofía, junto con su madre Pilar, se encargó de llevar las viejas butacas a Valencia, ciudad donde habían sido creadas hacía más de medio siglo, y donde por casualidades de la vida fueron a dar con el taller de unos chicos que también tenían raíces sarrionenses, quedando pues, todo en familia.
Allí las mimaron como nunca. Después de sanarlas y curarles todas las heridas provocadas por la carcoma y por el paso del tiempo, las desnudaron de su viejo barniz y vistieron de luz su madera, cambiaron su oscuro tapizado por una preciosa tela de tono rosado, las encolaron, las arreglaron por dentro hasta quedar como nuevas… y por si fuera poco cambio, pudieron ver como se obraba un pequeño milagro: cambiaron y alargaron sus patas hasta la altura perfecta para su nueva vida. No podían estar más agradecidas….
Las ahora alegres y emocionadas butacas, volverían de nuevo juntas a su querido Sarrión, donde ya no iban a volver a pasar tanto frío y abandono, y todo gracias a la joven pareja que les brindó la oportunidad de poder mostrar al mundo todo su esplendor.
Número de serie: -397- y -398-
Material: Madera de haya.