La vieja butaca llevaba una década sintiéndose invisible. Aunque sabía que su dueña había fallecido, siempre que alguien abría la puerta de la casa, aún esperaba verla entrando en el dormitorio… La butaca sabía que estaba cerca su final, la carcoma había dañado su madera, y su estructura de muelles estaba rota por completo.
Pero los nietos de su dueña, Carmen, se enamoraron un día de aquella butaca, tan bonita y con tanta historia, y decidieron llevarla al taller de Las Tres Sillas. Suponía mucho esfuerzo renovarla, pero Juanma y Diana sabían de sobra que merecía la pena luchar por aquella pieza tan singular. La butaca no podía estar más emocionada, nunca creyó en una segunda oportunidad.
Números de serie: -340-
Material: Madera de haya